sábado, 3 de diciembre de 2016

ACLARANDO ANTERIOR ARTICULO


Nunca me ha gustado tener que dar explicaciones o justificaciones de un escrito mío. Pero en esta ocasión juzgo necesario hacerlo.

El último artículo que titule (esperando al súper hombre) motivo una amarga polémica en el foro de un blog cuyo nombre no voy a publicitar y tampoco voy a reproducir el contenido de la polémica. No lo voy a hacer por un par de motivos. El no dar el nombre del blog es para no publicitarlo, puesto que juzgo que las personas que lo llevan no me merecen respeto y el motivo porque no publico la polémica, es porque transcurrió en un clima zafio, mal educado y muy tenso.

Bien, una vez aclarados los motivos que me impulsan a escribir estas líneas, voy a ir al asunto.

Como detecte que hubo un mal entendido (posiblemente porque no supe transmitir el mensaje, con eficacia) y que este fue general, al menos en el seno de los que participaban en este blog y por lo tanto por una cuestión de estadísticas, supongo que más de un lector no acabo de comprender el mensaje que quise transmitir, lo intentare resumir y explicar.

Mi intención principal fue poner en evidencia sobre todo y en primer lugar a los medios de comunicación, que a mi juicio en el caso del llamado buylling escolar (así como en otros muchos) y el de la violencia entre los jóvenes alumnos, no está haciendo una labor demasiado buena, sino mas bien utiliza este problema de una forma sensacionalista, que persigue sobretodo aumentar su audiencia. Esta era la primera línea argumental. Luego para complementar el argumento principal y adornarlo un poco, utilizo un giro argumental y me pongo a hablar de la ideología imperante en estos momentos en nuestro mundo occidental, que es el posmodernismo. Una corriente filosófica nacida en los años sesenta del siglo veinte, al calor de la revolución del 68 en Francia. Para no alargar demasiado este articulo, ruego al lector que investigue el mismo sobre este movimiento y  os daréis perfecta cuenta que viene al caso en el artículo.

Por último menciono muy de pasada y sin ninguna pretensión de ser un especialista al filósofo Frederiech Nietzsche, concentrándome en una figura retorica que el mismo creo hablando del súper hombre. Un concepto filosófico, donde yo interpreto a mi manera, pero creo que no muy desencaminado, que el filosofo hablaba de un hombre que hubiese conseguido trascender muchas ataduras morales inspiradas por la religión cristiana, que en su tiempo aun ejercía muchísimo poder, donde este hombre, una vez superadas una serie de trabas y tabúes de corte claramente supersticiosas y artificiales, volviese a un estado más natural, donde el sentido común y una mirada nueva y renovada permitiese a este ser transcendido, poder evolucionar hacia este hombre libre y nuevo que finalmente seria este súper hombre. Luego en una interpretación libre y muy sui génesis, intento justificar esta actitud de hombre libre y por lo tanto con el poder para poder juzgar con limpieza y verdadera justicia, la idoneidad de realizar alguna acción, incluso violenta en contra de quienes cometan injusticia y violencia gratuita, como muchas veces sucede en el buylling escolar. Reconozco que esta pirueta es un poco forzada y a lo mejor no muy afortunada. Pero en mi intención, nunca hubo ni un atisbo de hacer apología a la violencia, ni de poner en boca de Nietzsche, cosas o filosofías que él hubiese predicado, puesto que lo único que pretendía explicar, es que en ocasiones y en según qué casos muy concretos, devolver una ofensa puede ser efectivo. Tengo buenas razones para pensarlo, puesto que yo mismo de niño sufrí acoso escolar, tanto de profesores , como de compañeros, en algunas etapas de mi escolarización y en más de una ocasión, rebelarme violentamente contra mis agresores, me dio grandes resultados, parando en muchas ocasiones, por no decir en todas, la agresión y el acoso.

Sin recurrir ni a mis padres, ni a la policía, es verdad eran otros tiempos y era mi caso particular, pero estoy convencido que en más de una ocasión esto valdría para más de un problema actual. Ya sé que no para todos, hay casos y casos etc…

 En definitiva, ni pretendía banalizar el problema, al contrario puesto que lo visualizo y le doy protagonismo al dedicar un artículo a ello. Tampoco pretendía hacer apología de la violencia, puesto que no promociono, el atacar a nadie, ni a ningún colectivo humano. Solo expongo la tesis de que a nuestros jóvenes hay que enseñarles a ser un poco más duros y transmitirles que en ocasiones, el simple hecho de plantar cara, aunque esto mismo te pueda ocasionar mucho miedo y una agresión adicional, es una forma muy efectiva de hacerte respetar por tu agresor, que ya no detecta en ti a un ser desvalido, sumiso y débil, por lo tanto deja de verte como una víctima propicia y una presa fácil. Una vez que consigues este efecto, es incluso posible que agresor y víctima se acaben haciendo amigos. Esta actitud es defensiva y lo repito porque no es lo mismo enseñar a defenderte, que enseñar a agredir, es muy distinto. Las artes marciales y todo el que las ha ejercido lo sabe, son habilidades defensivas, está totalmente prohibido usarlas para agredir, este artículo pretende lo mismo, espero que con este ejemplo quede ya claro.

Bueno amigos lectores, por ultimo decirles que desgraciadamente no todo se puede solucionar con métodos pacíficos, ojala llegue un día en que el hombre, tal vez el súper hombre de Nietzsche, consiga transcender la violencia para siempre, pero este día me temo que esta aun lejos, debemos tender a ello y trabajar para que este día llegue y las actitudes pacificas, son un buen método. Pero como todo en esta vida, si abusamos de estas actitudes y pretendemos por ejemplo parar a un Adolf Hitler o un ISIS con métodos pacíficos, me temo que el resultados sería nefasto, así que hasta que este día no llegue y no será fácil, más vale que nuestros jóvenes estén mentalmente preparados para defenderse de según qué agresiones.

Un saludo, hasta la próxima.

 

  

  

 

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