viernes, 6 de abril de 2018

LO JUSTO Y LA JUSTICIA




Hola a todos, hoy voy a escribir sobre la justicia.
Vaya por delante que de leyes y de código penal ando algo escaso y por lo tanto voy a hacer un enfoque sobre este tema, entre moral, ético y filosófico.
En primer lugar ¿por qué existe la justicia pública? El principio de este montaje, es que la gente no nos tomemos la justicia por nuestra mano y así que en las ciudades y en general en todo un país, se pueda vivir con un mínimo de seguridad, de que nadie te vaya a agredir por culpa de algún familiar díscolo. Mas o menos y a grandes rasgos, se hizo para ello, y por esto se creó también la policía, un cuerpo que es sensato mantener el orden público, mediante la aplicación de las leyes, aprobadas para el pueblo, en teoría hechas por el mismo.
Luego para que una persona acabe en la cárcel y, en según qué países incluso pueda acabar siendo ajusticiado por sus delitos, hay que previamente haber demostrado, mediante un juicio justo y pruebas solidas, que esta persona ha verdaderamente cometido el delito del que se le acusa.
 Supongo que las leyes actuales, al menos en casi todos los países occidentales por lo menos, que son los que más o menos conozco, estas leyes están en vigor desde hace décadas y serán bastante antiguas.
Lo digo porque a estas alturas de la película, defender a día de hoy, que no hay que estudiar bajo ningún concepto la posibilidad de aprobar leyes que contemplen la pena capital o al menos la prisión permanente ( sin revisión, tampoco pasaría nada) es algo que a mí se me escapa. Los  argumentos principales que arguyen los que defienden a ultranza que no se aprueben este tipo de leyes son básicamente dos. La primera es que se supone que las cárceles solo sirven exclusivamente para reinsertar a un delincuente, haya cometido el delito que haya cometido, independientemente de su gravedad. Este supuesto se basa, en la idea ética y moral, de que impartir justicia, no es venganza, la justicia ha de ser fría, impersonal y no vengativa.
Otra de las ideas que sustentan esta tesis, es que no aplicar cárcel permanente y o ejecución del reo, nos protege a todos de la posibilidad de un error judicial o de un juez corrupto, o bien aun, de un gobierno que interviniera en la justicia y la usara para eliminar personas consideradas como enemigas del gobierno de turno.
Estas son las principales ideas y sus principales y más importantes argumentos.
Pero estas ideas fueron concebidas, muy probablemente en una época en la que las técnicas para poder aportar pruebas completamente solidas y precisas de un delito, no estaban tan desarrolladas como hoy en día.
Hoy en día, existe la posibilidad de probar mediante un análisis del ADN, que cualquier pequeña mancha de sangre o cualquier otra índole, pertenece a tal o cual sujeto.
Existen los drones, que pueden espiar y grabar a cualquiera sin ser visto, existen otros miles o centenares de artilugios tecnológicos, para poder, sin ningún género de duda, la culpabilidad de un delito. De hecho si me remito a dos de los casos mas mediáticos, de estos últimos tiempos, acontecidos en España, el caso de la chica desaparecida en Galicia y del niño en Almería. Han demostrado la culpabilidad de ambos sujetos, sin ningún tipo de duda.
 ¿Entonces por qué no podemos o no debemos, en casos tan graves, condenar a estos dos, a penas más duras y más graves de las que seguramente se les va a aplicar?
Si ya no hay error posible, en estos dos casos esta clarísima la culpabilidad de ambos. También está bastante claro que ninguno de estos dos son recuperables, uno por violador y se sabe científicamente que nunca se redimen, y otra por psicópata, y se sabe que tampoco remite la psicopatía ¿qué nos impide condenarlos a muerte o a cárcel permanente?
¿Qué nos queda como excusa, el tema de la posibilidad de que te toque un juez corrupto? se invento el jurado popular para evitarlo.
Así que para mí, en casos tan graves, se debería plantear la posibilidad. Algunos me dirán que esto no te va a devolver el hijo o la hija a la vida y por lo tanto, para qué castigar tanto al reo.
Pero esta afirmación le doy la vuelta, tampoco le devolverá la vida a las víctimas, que el culpable se vaya de rositas a los veinte años.
Dejo al lector juzgar por sí mismo, un saludo hasta la próxima.