Lo que hace que el 1 por ciento de la población
mundial controle al resto, no es el poder que ellos detentan, es el 99 por ciento
de la población sometida que desea pertenecer a este 1 por ciento, lo que hace
que ellos sigan en la elite.
Solo la ambición y el deseo de la mayoría de este 99
por ciento de pertenecer a la elite, hace que siga existiendo una elite.
Pensémoslo, si de verdad la gente dejara de admirar
y desear pertenecer a una casta de mandamases, sería verdaderamente posible
otro mundo.
Si las consignas de Jesús Cristo, por poner el
ejemplo de un profeta famoso, se siguieran a raja tabla, sería factible un
mundo más igualitario.
Pero a la hora de la verdad, esto no funciona, el comunismo, que fue una idea moderna y una
forma de aplicar a una sociedad actual la premisa de igualdad entre todos los
seres humanos, que predico Jesús,
fracaso.
Y fracaso, por lo dicho anteriormente, porque
desgraciadamente, el ser humano por lo general, solo funciona bien y motivado
cuando la meta está arriba.
Hablemos de recompensa celestial post mortem o
hablemos de recompensa en vida, en forma de éxito material.
Al humano, hay que prometerle algo, para que avance.
Si el objetivo está en línea recta y paralela a su
existencia, no evolucionara, al contrario, más bien entrara en una especie de
apatía, que tarde o temprano degenera en entropía.
Por esto, todo movimiento tipo 15 M, está condenado
al fracaso.
Para mí, la única solución viable, mi diagnostico,
es realizar unos retoques, en el sentido de hacer que el sistema capitalista
sea más transparente y menos corrupto.
Pero intentar moverse con otro sistema, me parece
una bonita utopía, en la que yo mismo creía de joven. Pero veo absurdo seguir
sosteniendo esta idea, con el bagaje vital acumulado.
Otra cosa distinta, es a nivel individual o en
pequeñas comunidades cerradas, allí si se puede aplicar otra forma de ver la
vida, más saludable, igualitaria y bonita.
Pero a nivel macro, es imposible.
Un saludo.