jueves, 19 de junio de 2014

Atusando el pelo a Jesús


Lo que hace que el 1 por ciento de la población mundial controle al resto, no es el poder que ellos detentan, es el 99 por ciento de la población sometida que desea pertenecer a este 1 por ciento, lo que hace que ellos sigan en la elite.

Solo la ambición y el deseo de la mayoría de este 99 por ciento de pertenecer a la elite, hace que siga existiendo una elite.

Pensémoslo, si de verdad la gente dejara de admirar y desear pertenecer a una casta de mandamases, sería verdaderamente posible otro mundo.

Si las consignas de Jesús Cristo, por poner el ejemplo de un profeta famoso, se siguieran a raja tabla, sería factible un mundo más igualitario.

Pero a la hora de la verdad, esto no funciona,  el comunismo, que fue una idea moderna y una forma de aplicar a una sociedad actual la premisa de igualdad entre todos los seres humanos, que predico Jesús,  fracaso.

Y fracaso, por lo dicho anteriormente, porque desgraciadamente, el ser humano por lo general, solo funciona bien y motivado cuando la meta está arriba.

Hablemos de recompensa celestial post mortem o hablemos de recompensa en vida, en forma de éxito material.

Al humano, hay que prometerle algo, para que avance.

Si el objetivo está en línea recta y paralela a su existencia, no evolucionara, al contrario, más bien entrara en una especie de apatía, que tarde o temprano degenera en entropía.

Por esto, todo movimiento tipo 15 M, está condenado al fracaso.

Para mí, la única solución viable, mi diagnostico, es realizar unos retoques, en el sentido de hacer que el sistema capitalista sea más transparente y menos corrupto.

Pero intentar moverse con otro sistema, me parece una bonita utopía, en la que yo mismo creía de joven. Pero veo absurdo seguir sosteniendo esta idea, con el bagaje vital acumulado.

Otra cosa distinta, es a nivel individual o en pequeñas comunidades cerradas, allí si se puede aplicar otra forma de ver la vida, más saludable, igualitaria y bonita.

Pero a nivel macro, es imposible.

Un saludo.