viernes, 24 de julio de 2015

POLÉMICO, PORQUE SI.


Hola a todos.

Ayer contemple una escena que me dejo perplejo y pensativo.

Estaba yo en una calle cualquiera, de una pequeña población cualquiera, de la costa catalana y vi a una chica que no podía tener más de quince años, si es que los tenia, paseando por la calle  ataviada con un minúsculo pantaloncito, de estos que están tan de moda, donde su anatomía femenina, no dejaba prácticamente nada a la imaginación.

Este hecho en sí, per se, no tiene nada de excepcional, en estos días de calor estival, pero lo que ocurrió a continuación si tiene cierta relevancia.

Un hombre de origen árabe, bastante mayor, de unos cincuenta y muchos años, contemplo la escena con la particularidad de que él iba por la misma acera que la chica en cuestión y después de echarle unas cuantas miradas lascivas, le espeto unas cuantas lindezas, de las que todos os podéis imaginar, pero lo verdaderamente relevante  de la escena, fueron dos cosas: La cara que se le quedo a la pobre chica, que se puso inmediatamente roja como un tomate, bajo la cabeza, intento, sin éxito, debido a la más que evidente falta de tela,  bajarse un poco el pantaloncito y tapar sus vergüenzas, al tiempo que el hombre árabe cruzo la calle justo a la altura donde yo estaba y pude ver la cara de vicioso que se le quedo, al tiempo que mascullaba algo así como “ vaya putita”

Guardando todas las distancias que ustedes quieran y siendo todo lo prudente que ustedes deseen. No podemos ocultar que esta anécdota de la vida cotidiana, tiene un simbolismo que no se puede ocultar. Vaya por delante que este comportamiento, el del hombre árabe, no es exclusivo de los hombres árabes, sino desgraciadamente se le puede achacar a muchos hombres españoles y europeos de todas las edades y nacionalidades.

 Como hoy no pienso ser políticamente correcto y tengo ganas de abrir un debate sin tapujos o más bien dos debates en paralelo,  iré directamente al grano, sin cortesías, ni prebendas.

Debate uno: La inmigración, en estos días, al principio de la semana, tuvimos unas declaraciones del ministro del interior el señor José Fernandez Díaz estas: http://politica.elpais.com/politica/2015/07/21/actualidad/1437474042_226455.html


Tras las cuales todo el arco de izquierdas de este país, se puso las manos en la cabeza, aprovechando el hecho para cargar sin contemplaciones y manipulando al máximo las poco acertadas declaraciones del ministro, para hacer una vez más política de hermanito de la caridad, de la barata, cutre y electoralista.

Ante todo, yo lo que interpreto de estas palabras es que de forma bastante torpe, el hombre lo único que quiso decir, es que hay que atajar el problema en origen, o sea en los país de procedencia y todo lo demás son parches y no le falta razón si es lo que quiso decir, como yo sospecho, espero, que con acierto.

Por lo demás, sin entrar en complicados debates de índole económicos, políticos, de derechos humanos etc…Yo me quisiera centrar en el hecho de que acoger a tanta gente, que tiene unos valores tan distintos a los nuestros, sin pedir nada a cambio, me parece un suicidio cultural de dimensiones bíblicas.

El pequeño ejemplo con el que comienzo este texto, puede ilustrar perfectamente de lo que estoy hablando, personas que vienen a Europa, con unos valores y costumbres que están a años luz de las nuestras, se mezclan entre nosotros, sin que se les exija el mas mínimo conocimiento de las leyes y valores morales que profesa nuestra sociedad.

Luego nos rasgamos las vestiduras, cuando ocurren atentados como el de Charlie hebdo en Paris, o como el de Madrid.

Además, llamo la atención del lector en el hecho de que los atentados de parís, todos ellos, pues desde el de Charlie hebdo, ha habido unos cuantos mas, fueron cometidos por gente ya nacida en nuestro suelo y en teoría, ya educados con nuestros valores, pero claro, si sus padres y abuelos, no recibieron ninguna educación europea ¿Qué podemos esperar de los hijos?

Lo de la izquierda europea en general, es muy loable, si nos quedamos a un nivel superficial, lo de salvar y acoger a todo musulmán que pide asilo aquí en Europa, sin pedir nada a cambio, solo por humanidad, pero señores, en vistas de lo que ha sucedido y sucede ¿ Es razonable, seguir así? ¿No sería preferible, obligar a toda esta gente, a pesar primero por un centro de educación cívica laica y que estudien historia europea, la revolución francesa etc...Y que al menos cuando se integren aquí, ya sea con los valores de la sociedad de acogida, bien aprendidos?

Digo yo, vamos.

Esto por una parte, por otra voy a poner el siguiente debate sobre la mesa.

¿De verdad, que la revolución femenina consiste en llevar faldas cada vez mas cortas, pantaloncitos, que no dejan nada a la imaginación, operarse los labios, las arrugas de expresión, cuando empieza a llegar la vejez, operarse las tetas etc…?

Esta es la revolución sexual de las mujeres, pues vaya.

A mí me da que esto es volverse esclava de su cuerpo, de su aspecto etc…la feminidad está muy bien, cultivar la belleza femenina me parece genial, pero creo que habría que empezar a poner un poco de cordura a toda esta locura. Que también ha afectado al género masculino, por otra parte, con el culto al cuerpo desmesurado, tipo Cristiano Ronaldo.

Ni tapadas como las musulmanas, pero tampoco andar desnudas o semi desnudas por la calle ¿señoras, y sobre todo las menores de edad, no hay un punto intermedio? ¡Digo yo, vamos!

Yo también soy de los que creo que hay que superar ciertos estereotipos, tipo los hombres no lloran y que las mujeres no pueden trabajar igual que un hombre etc...Pero de allí a cargarse el encanto y desdibujar totalmente los papeles que cada género tiene más o menos asignados, hay un trecho, que creo que por salud mental, no debemos cruzar tan alegremente y sin atenernos a las consecuencias.

Para mi forma de ver las cosas, equiparar en derechos civiles, laborales etc… a hombre y mujeres, me parece perfecto, pero querer mezclar papeles, me parece de lo mas anti natural y estúpido. Porque lo de parecer tan agresivas sexualmente, lo digo por ir tan provocativas, lo de fumar y beber como camioneros etc…No creo que este papel, que veo que adoptan muchas mujeres, les haga más libres, así como al contrario, hombres que fuerzan hasta el paroxismo su comportamiento, hasta volverlo prácticamente femenino, no creo que tampoco les haga más persona. Ante todo somos personas, como dijo un amigo mío hace poco, el hecho de que estemos sexuados de una manera u otra, no cambia este hecho, pero la naturaleza nos ha otorgado biológicamente más o menos con unas cualidades naturales, no intentemos estúpidamente revertirlas del todo.

Sinceramente, si seguimos por este camino, al final las profecías de la novela del escritor Aldous Huxley en “un mundo feliz” se van a hacer realidad.

La verdad, un mundo tan deshumanizado que se torne irreconocible, para cualquier bisabuelo que levantara la cabeza de su tumba, no me parece lo mejor.

Aquí dejo esta reflexión, un saludo y hasta la próxima.

 

 

 








3 comentarios:

  1. Abundando en el tema del attículo que adjunta desde ayer es noticia en Franci que una crica que tomaba el sol en bikini en un jardín público fue agredida por cinco musulmanas, que consideraron indecente lo que hacía. El asunto acabó en una paliza y cuatro que provocó cuatro días de baja a la chica agredida. En algunas municipalidades - y lo peor es que a veces ceden - los musulmanes reclaman horas de baño reservadas únicamente a las mujeres, amén de montar follones en las escuelas cuando ponen no ya un Nacimienro sino el arbol de Navidad. La gente está hasta el rabillo de la boina.

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  2. La revolución femenina consiste en que las mujeres tienen LIBERTAD para decidir si se ponen una falda corta, larga, un pantalón o van en pelotas.

    Sólo hay que salir a la calle un poco para ver que una mayoría abrumadora de mujeres, no va por la calle con un pantalón tan corto que enseña el principio de los cachetes del culo.

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    1. Estoy de acuerdo con su primer párrano, no con el segundo, puesto que es una obviedad que por razones naturales una mujer de 45 años no va a vestir esos pantaloncitos, pero cuente a las que puede ver de entre -digamos- 16 y 25 años y ya me dirá.
      Y no es que yo tenga nada que objetar, me gustan los traseros bonitos, pero admitamos que el asunto está un poco sobrepasado.
      Resulta ridículo que ocurra como a mí me sucede cada vez que visito la agencia en la que tengo los seguros. La chica que atiende suele llevar unos escotes tremendos y me veo obligado a mirar a la mesa como si estuviera castigado, para que no me acuse de mirón. En realidad, si ella es libre de mostrar su pecho, yo sería libre de mirarlo, ¿no?

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