Nunca me ha gustado
tener que dar explicaciones o justificaciones de un escrito mío. Pero en esta ocasión
juzgo necesario hacerlo.
El último artículo que
titule (esperando al súper hombre) motivo
una amarga polémica en el foro de un blog cuyo nombre no voy a publicitar y
tampoco voy a reproducir el contenido de la polémica. No lo voy a hacer por un
par de motivos. El no dar el nombre del blog es para no publicitarlo, puesto
que juzgo que las personas que lo llevan no me merecen respeto y el motivo
porque no publico la polémica, es porque transcurrió en un clima zafio, mal
educado y muy tenso.
Bien, una vez aclarados
los motivos que me impulsan a escribir estas líneas, voy a ir al asunto.
Como detecte que hubo un
mal entendido (posiblemente porque no supe transmitir el mensaje, con eficacia)
y que este fue general, al menos en el seno de los que participaban en este
blog y por lo tanto por una cuestión de estadísticas, supongo que más de un
lector no acabo de comprender el mensaje que quise transmitir, lo intentare
resumir y explicar.
Mi intención principal
fue poner en evidencia sobre todo y en primer lugar a los medios de comunicación,
que a mi juicio en el caso del llamado buylling escolar (así como en otros
muchos) y el de la violencia entre los jóvenes alumnos, no está haciendo una
labor demasiado buena, sino mas bien utiliza este problema de una forma sensacionalista,
que persigue sobretodo aumentar su audiencia. Esta era la primera línea argumental.
Luego para complementar el argumento principal y adornarlo un poco, utilizo un
giro argumental y me pongo a hablar de la ideología imperante en estos momentos
en nuestro mundo occidental, que es el posmodernismo. Una corriente filosófica nacida
en los años sesenta del siglo veinte, al calor de la revolución del 68 en
Francia. Para no alargar demasiado este articulo, ruego al lector que
investigue el mismo sobre este movimiento y
os daréis perfecta cuenta que viene al caso en el artículo.
Por último menciono muy
de pasada y sin ninguna pretensión de ser un especialista al filósofo Frederiech
Nietzsche, concentrándome en una figura retorica que el mismo creo hablando del
súper hombre. Un concepto filosófico, donde yo interpreto a mi manera, pero
creo que no muy desencaminado, que el filosofo hablaba de un hombre que hubiese
conseguido trascender muchas ataduras morales inspiradas por la religión cristiana,
que en su tiempo aun ejercía muchísimo poder, donde este hombre, una vez
superadas una serie de trabas y tabúes de corte claramente supersticiosas y
artificiales, volviese a un estado más natural, donde el sentido común y una
mirada nueva y renovada permitiese a este ser transcendido, poder evolucionar
hacia este hombre libre y nuevo que finalmente seria este súper hombre. Luego
en una interpretación libre y muy sui génesis, intento justificar esta actitud
de hombre libre y por lo tanto con el poder para poder juzgar con limpieza y
verdadera justicia, la idoneidad de realizar alguna acción, incluso violenta en
contra de quienes cometan injusticia y violencia gratuita, como muchas veces
sucede en el buylling escolar. Reconozco que esta pirueta es un poco forzada y
a lo mejor no muy afortunada. Pero en mi intención, nunca hubo ni un atisbo de
hacer apología a la violencia, ni de poner en boca de Nietzsche, cosas o filosofías
que él hubiese predicado, puesto que lo único que pretendía explicar, es que en
ocasiones y en según qué casos muy concretos, devolver una ofensa puede ser efectivo.
Tengo buenas razones para pensarlo, puesto que yo mismo de niño sufrí acoso
escolar, tanto de profesores , como de compañeros, en algunas etapas de mi escolarización
y en más de una ocasión, rebelarme violentamente contra mis agresores, me dio
grandes resultados, parando en muchas ocasiones, por no decir en todas, la agresión
y el acoso.
Sin recurrir ni a mis
padres, ni a la policía, es verdad eran otros tiempos y era mi caso particular,
pero estoy convencido que en más de una ocasión esto valdría para más de un
problema actual. Ya sé que no para todos, hay casos y casos etc…
En definitiva, ni pretendía banalizar el
problema, al contrario puesto que lo visualizo y le doy protagonismo al dedicar
un artículo a ello. Tampoco pretendía hacer apología de la violencia, puesto
que no promociono, el atacar a nadie, ni a ningún colectivo humano. Solo
expongo la tesis de que a nuestros jóvenes hay que enseñarles a ser un poco más
duros y transmitirles que en ocasiones, el simple hecho de plantar cara, aunque
esto mismo te pueda ocasionar mucho miedo y una agresión adicional, es una
forma muy efectiva de hacerte respetar por tu agresor, que ya no detecta en ti
a un ser desvalido, sumiso y débil, por lo tanto deja de verte como una víctima
propicia y una presa fácil. Una vez que consigues este efecto, es incluso
posible que agresor y víctima se acaben haciendo amigos. Esta actitud es
defensiva y lo repito porque no es lo mismo enseñar a defenderte, que enseñar a
agredir, es muy distinto. Las artes marciales y todo el que las ha ejercido lo
sabe, son habilidades defensivas, está totalmente prohibido usarlas para
agredir, este artículo pretende lo mismo, espero que con este ejemplo quede ya
claro.
Bueno amigos lectores,
por ultimo decirles que desgraciadamente no todo se puede solucionar con métodos
pacíficos, ojala llegue un día en que el hombre, tal vez el súper hombre de Nietzsche,
consiga transcender la violencia para siempre, pero este día me temo que esta
aun lejos, debemos tender a ello y trabajar para que este día llegue y las
actitudes pacificas, son un buen método. Pero como todo en esta vida, si
abusamos de estas actitudes y pretendemos por ejemplo parar a un Adolf Hitler o
un ISIS con métodos pacíficos, me temo que el resultados sería nefasto, así que
hasta que este día no llegue y no será fácil, más vale que nuestros jóvenes estén
mentalmente preparados para defenderse de según qué agresiones.
Un saludo, hasta la próxima.
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