Hola a todos.
Ayer contemple una escena que me dejo perplejo y
pensativo.
Estaba yo en una calle cualquiera, de una pequeña
población cualquiera, de la costa catalana y vi a una chica que no podía tener
más de quince años, si es que los tenia, paseando por la calle ataviada con un minúsculo pantaloncito, de
estos que están tan de moda, donde su anatomía femenina, no dejaba
prácticamente nada a la imaginación.
Este hecho en sí, per se, no tiene nada de excepcional,
en estos días de calor estival, pero lo que ocurrió a continuación si tiene
cierta relevancia.
Un hombre de origen árabe, bastante mayor, de unos
cincuenta y muchos años, contemplo la escena con la particularidad de que él
iba por la misma acera que la chica en cuestión y después de echarle unas
cuantas miradas lascivas, le espeto unas cuantas lindezas, de las que todos os
podéis imaginar, pero lo verdaderamente relevante de la escena, fueron dos cosas: La cara que
se le quedo a la pobre chica, que se puso inmediatamente roja como un tomate,
bajo la cabeza, intento, sin éxito, debido a la más que evidente falta de
tela, bajarse un poco el pantaloncito y
tapar sus vergüenzas, al tiempo que el hombre árabe cruzo la calle justo a la
altura donde yo estaba y pude ver la cara de vicioso que se le quedo, al tiempo
que mascullaba algo así como “ vaya putita”
Guardando todas las distancias que ustedes quieran y
siendo todo lo prudente que ustedes deseen. No podemos ocultar que esta
anécdota de la vida cotidiana, tiene un simbolismo que no se puede ocultar.
Vaya por delante que este comportamiento, el del hombre árabe, no es exclusivo
de los hombres árabes, sino desgraciadamente se le puede achacar a muchos
hombres españoles y europeos de todas las edades y nacionalidades.
Como hoy no
pienso ser políticamente correcto y tengo ganas de abrir un debate sin tapujos
o más bien dos debates en paralelo, iré
directamente al grano, sin cortesías, ni prebendas.
Debate uno: La inmigración, en estos días, al
principio de la semana, tuvimos unas declaraciones del ministro del interior el
señor José Fernandez Díaz estas: http://politica.elpais.com/politica/2015/07/21/actualidad/1437474042_226455.html
Tras las cuales todo el arco de izquierdas de este país,
se puso las manos en la cabeza, aprovechando el hecho para cargar sin
contemplaciones y manipulando al máximo las poco acertadas declaraciones del
ministro, para hacer una vez más política de hermanito de la caridad, de la
barata, cutre y electoralista.
Ante todo, yo lo que interpreto de estas palabras es
que de forma bastante torpe, el hombre lo único que quiso decir, es que hay que
atajar el problema en origen, o sea en los país de procedencia y todo lo demás
son parches y no le falta razón si es lo que quiso decir, como yo sospecho,
espero, que con acierto.
Por lo demás, sin entrar en complicados debates de
índole económicos, políticos, de derechos humanos etc…Yo me quisiera centrar en
el hecho de que acoger a tanta gente, que tiene unos valores tan distintos a
los nuestros, sin pedir nada a cambio, me parece un suicidio cultural de
dimensiones bíblicas.
El pequeño ejemplo con el que comienzo este texto,
puede ilustrar perfectamente de lo que estoy hablando, personas que vienen a
Europa, con unos valores y costumbres que están a años luz de las nuestras, se
mezclan entre nosotros, sin que se les exija el mas mínimo conocimiento de las
leyes y valores morales que profesa nuestra sociedad.
Luego nos rasgamos las vestiduras, cuando ocurren
atentados como el de Charlie hebdo en Paris, o como el de Madrid.
Además, llamo la atención del lector en el hecho de
que los atentados de parís, todos ellos, pues desde el de Charlie hebdo, ha
habido unos cuantos mas, fueron cometidos por gente ya nacida en nuestro suelo
y en teoría, ya educados con nuestros valores, pero claro, si sus padres y
abuelos, no recibieron ninguna educación europea ¿Qué podemos esperar de los
hijos?

Digo yo, vamos.
Esto por una parte, por otra voy a poner el
siguiente debate sobre la mesa.
¿De verdad, que la revolución femenina consiste en
llevar faldas cada vez mas cortas, pantaloncitos, que no dejan nada a la
imaginación, operarse los labios, las arrugas de expresión, cuando empieza a
llegar la vejez, operarse las tetas etc…?
Esta es la revolución sexual de las mujeres, pues
vaya.
A mí me da que esto es volverse esclava de su
cuerpo, de su aspecto etc…la feminidad está muy bien, cultivar la belleza
femenina me parece genial, pero creo que habría que empezar a poner un poco de
cordura a toda esta locura. Que también ha afectado al género masculino, por
otra parte, con el culto al cuerpo desmesurado, tipo Cristiano Ronaldo.
Ni tapadas como las musulmanas, pero tampoco andar
desnudas o semi desnudas por la calle ¿señoras, y sobre todo las menores de
edad, no hay un punto intermedio? ¡Digo yo, vamos!
Yo también soy de los que creo que hay que superar
ciertos estereotipos, tipo los hombres no lloran y que las mujeres no pueden
trabajar igual que un hombre etc...Pero de allí a cargarse el encanto y
desdibujar totalmente los papeles que cada género tiene más o menos asignados,
hay un trecho, que creo que por salud mental, no debemos cruzar tan alegremente
y sin atenernos a las consecuencias.
Para mi forma de ver las cosas, equiparar en
derechos civiles, laborales etc… a hombre y mujeres, me parece perfecto, pero
querer mezclar papeles, me parece de lo mas anti natural y estúpido. Porque lo
de parecer tan agresivas sexualmente, lo digo por ir tan provocativas, lo de
fumar y beber como camioneros etc…No creo que este papel, que veo que adoptan
muchas mujeres, les haga más libres, así como al contrario, hombres que fuerzan
hasta el paroxismo su comportamiento, hasta volverlo prácticamente femenino, no
creo que tampoco les haga más persona. Ante todo somos personas, como dijo un
amigo mío hace poco, el hecho de que estemos sexuados de una manera u otra, no
cambia este hecho, pero la naturaleza nos ha otorgado biológicamente más o
menos con unas cualidades naturales, no intentemos estúpidamente revertirlas
del todo.
Sinceramente, si seguimos por este camino, al final
las profecías de la novela del escritor Aldous Huxley en “un mundo feliz” se
van a hacer realidad.
La verdad, un mundo tan deshumanizado que se torne
irreconocible, para cualquier bisabuelo que levantara la cabeza de su tumba, no
me parece lo mejor.
Aquí dejo esta reflexión, un saludo y hasta la próxima.

